Esta carta do profesor Pegerto Saavedra foi publicada (fanada) no xornal El Mundo.
 

Al parecer, varios investigadores  encontraron, muy oportunamente para la fecha, los restos de Miguel de Cervantes Saavedra, revueltos con los de su esposa y con los de otra docena y media de personas. Dado que no es posible hacer pruebas de ADN, ¿cómo podrán identificarse los del autor del Quijote? ¿Habrá que probar que los huesos son efectivamente los suyos o quienes duden tendrán que demostrar que no son? (regla crítica que durante siglos se aplicó a los supuestos restos del Apóstol Santiago).

¿No sería mejor dejar descansar a los muertos, al menos a los que fueron enterrados donde lo pidieron? Raro país éste, en el que se profanan alegremente sepulturas y al tiempo se permite que los miles de muertos en la Guerra Civil y la postguerra sigan en fosas situadas en cualquier lugar, sin que ningún gobierno, desde la transición a hoy, haya tomado la medida elemental, cívica, patriótica y hasta piadosa, de enterrar decentemente a ciudadanos españoles.
 

Y aún dicen los historiadores a sueldo de determinados partidos que la transición no significó olvido. Anda que si llega a significarlo…